El apéndice es un segmento pequeño, con forma de dedo que sobresale del intestino grueso cerca del punto donde este se une al intestino delgado. El apéndice puede tener alguna función de tipo inmunitario, pero no es un órgano esencial para la vida. Se le llama apendicitis a la inflamación e infección de este órgano.
¿Cómo se inflama o se infecta? Frecuentemente suele suceder por una obstrucción en el interior del apéndice lo cual hace que este se inflame y se infecte causando sus síntomas que son: dolor abdominal, náuseas y fiebre.
La situación si puede pasar a agravarse por lo cual se realiza una cirugía exploratoria o pruebas de diagnóstico por la imagen, como una tomografía computarizada o una ecografía para confirmar el problema en el órgano y de realmente tener este problema se realiza una cirugía para extirpar el apéndice y se recetan antibióticos para tratar la infección.
En algunos países, la apendicitis es la causa más frecuente de dolor abdominal intenso y súbito y de cirugía abdominal. Más del 5% de la población sufre apendicitis en algún momento. La apendicitis ocurre con mayor frecuencia durante la adolescencia y la tercera década de vida, pero realmente puede presentarse a cualquier edad.
La causa de la apendicitis no se conoce totalmente. En la mayoría de los casos, sin embargo, el desencadenante del proceso es probablemente una obstrucción dentro del apéndice. La obstrucción puede ser debida a un fragmento pequeño y duro de heces (fecalito), un cuerpo extraño o incluso, en raras ocasiones, a gusanos.
Si la inflamación continúa sin tratamiento, el apéndice puede romperse. Una perforación del apéndice también puede provocar la formación de una bolsa infectada llena de pus (absceso). Como resultado de ello, puede producirse una peritonitis (inflamación y habitualmente infección de la cavidad abdominal que puede conducir a una infección potencialmente mortal). En la mujer, pueden infectarse los ovarios y las trompas de Falopio, y la cicatrización resultante puede obstruir las trompas de Falopio y ocasionar infertilidad.
La perforación del apéndice también permite que las bacterias infecten el torrente sanguíneo, una situación potencialmente mortal que recibe el nombre de septicemia.
Menos del 50% de las personas con apendicitis presentan los síntomas tradicionalmente descritos, en los que el dolor empieza en la parte superior del abdomen o alrededor del ombligo; después aparecen náuseas y vómitos, y posteriormente, al cabo de unas cuantas horas, las náuseas desaparecen y el dolor se desplaza hacia la parte inferior derecha del abdomen. Cuando el médico presiona esta zona, aparece dolor y cuando súbitamente retira la mano, se hace más agudo (dolor de rebote). Es frecuente presentar fiebre entre 37,7 y 38,3° C. El dolor aumenta al moverse o toser.
El médico sospecha una apendicitis después de valorar los síntomas de la persona afectada y examinar el abdomen. En general, si el médico tiene una alta sospecha de apendicitis, se efectúa inmediatamente una cirugía.
Si el diagnóstico de apendicitis no está claro, el médico suele efectuar una tomografía computarizada (TC) o una ecografía. La ecografía es especialmente útil en niños, en los que es importante limitar la exposición a la radiación para reducir el riesgo de cáncer en el futuro.
Los cirujanos también pueden practicar una laparoscopia para explorar la cavidad abdominal y ayudar a determinar el diagnóstico.
Los análisis de sangre suelen revelar un aumento moderado del número de glóbulos blancos (leucocitos) en respuesta a la infección, pero no existe un análisis de sangre definitivo para diagnosticar una apendicitis.
Con una cirugía precoz, la tasa de muerte por apendicitis es muy baja. La persona afectada puede, por lo general, abandonar el hospital entre 1 y 3 días más tarde y por lo general la recuperación es rápida y completa.
Sin cirugía ni antibióticos (como puede ocurrir en lugares remotos sin acceso a la atención médica moderna), más del 50% de las personas con apendicitis mueren.
La cirugía es el principal tratamiento de la apendicitis. Retrasar la cirugía hasta conocer con certeza la causa del dolor abdominal puede ser mortal: un apéndice infectado puede perforarse en menos de 36 horas tras el comienzo de los síntomas.
Si se encuentra apendicitis, se administran antibióticos y líquidos por vía intravenosa y se extirpa el apéndice (apendicectomía). En caso de que al realizar la intervención quirúrgica se descubra que no hay apendicitis, suele extirparse el apéndice de todos modos para evitar el riesgo de que la persona sufra apendicitis en el futuro.
Recientemente ha habido un interés en el tratamiento de la apendicitis solamente con antibióticos, por lo que la cirugía puede posponerse o evitarse. Aunque este tratamiento puede tener éxito en algunas personas, todavía está siendo estudiado, y la extirpación quirúrgica del apéndice todavía se considera el tratamiento más eficaz y, por tanto, más recomendado para la apendicitis.
Referencia:
- Parswa Ansari , MD, Hofstra Northwell-Lenox Hill Hospital, New York