La vida está llena de cambios impredecibles. Algunos pueden ser emocionantes y motivadores, mientras que otros pueden provocar un aumento del estrés, problemas de salud y sentimientos de ansiedad.
El estrés es una respuesta física, mental y emocional automática a eventos desafiantes. Es una parte normal de la vida de todos, incluida la vida de los niños.
Los pequeños se han enfrentado a muchas situaciones nuevas y potencialmente estresantes durante la pandemia de la COVID-19. Para algunos, ha habido cambios en las rutinas escolares y de actividades, cambios familiares con mudanzas o la interrupción de la carrera de los padres, y preocupaciones sobre su salud o la pérdida de un ser querido.
Es poco probable que los niños, especialmente los adolescentes, pidan a sus padres que los ayuden a manejar su estrés. A veces, ni siquiera reconocen que se sienten estresados.
Como cuidador, es posible que note que algo anda mal antes que ellos. Ayudar a sus hijos a controlar su estrés puede conducir a una vida más equilibrada y saludable.
Signos de estrés en los niños
Los niños no son adultos en miniatura y es posible que expresen el estrés de maneras diferentes a las que usted podría esperar.
Aquí hay algunas señales de que sus hijos pueden estar estresados o podrían necesitar apoyo adicional:
- Arrebatos emocionales o aumento de la irritabilidad
El estrés conduce a sentimientos más intensos de ira e irritabilidad. Sus hijos pueden tener arrebatos emocionales que no concuerdan con su comportamiento anterior o la situación actual. - Problemas para dormir
Las preocupaciones y los miedos parecen surgir durante la hora de acostarse. Los niños que están estresados pueden tener problemas para conciliar el sueño o permanecer dormidos, o empezar a tener pesadillas. - Retirarse de los demás
Los niños que están estresados pueden querer pasar más tiempo solos y no interactuar con amigos o familiares. - Problemas con la escuela
Los cambios significativos en el rendimiento escolar de sus hijos pueden ser un signo de estrés. El estrés dificulta que los niños se concentren durante el día escolar o cuando hacen la tarea. Los arrebatos emocionales y la ira en la escuela pueden causar problemas con amigos y compañeros de clase. - Dolores de cabeza o de estómago frecuentes
Cuando los niños están estresados o ansiosos, sus cuerpos liberan la hormona cortisol en la sangre. Esto puede desencadenar calambres abdominales y dolores de cabeza. - Mayor desafío
Los niños bajo estrés pueden sentirse enojados o abrumados. Están buscando formas de salir de la situación que les hace sentir incómodos. Esto puede conducir a comportamientos desafiantes y obstinados.
Recuerde que los signos de estrés de los niños pueden variar según la edad, la personalidad y las habilidades de afrontamiento. La clave es estar atento a cambios drásticos y repentinos en los comportamientos anteriores de sus hijos.
Manejando el desafío
Por lo general, los niños no tienen mucho poder o control en sus vidas. Se les dice cuándo comer, cuándo dormir, cómo actuar, qué ropa es apropiada, qué es apropiado decir y qué deben aprender. La lista continúa. Los niños saben cómo provocar una reacción y manipular a sus padres. Y a veces decir que no, es el único control que sienten que tienen ese día.
Muchas ocasiones hay un propósito para su mal comportamiento, como llamar la atención o conseguir algo que quieren. Otras veces, es posible que simplemente estén en piloto automático porque están exhaustos y sus cerebros simplemente ya no pueden regular sus emociones o acciones. Están expuestos a diferentes experiencias a lo largo del día que los padres tal vez ni siquiera conozcan.
Sus cerebros no se desarrollan hasta que tienen alrededor de 25 años y es posible que simplemente no sepan cómo procesar las experiencias del día. Debido a esto, la capacidad de los niños para responder relacionalmente difiere de la de los adultos, y tienden a responder emocional e impulsivamente.
Como padre o cuidador, puede sentirse agotador cuando sus hijos actúan de manera desafiante.
Aquí hay algunos consejos para manejar los comportamientos desafiantes de los niños:
- Establecer expectativas
Los niños prosperan en las rutinas y establecen expectativas. Describa ejemplos de comportamientos que tolerará y no tolerará. Cuando corrija a los niños, dígales lo que quiere que hagan en lugar de lo que no deben hacer. Por ejemplo, en lugar de decir «Deja de masticar con la boca abierta», trata de decir «Mastica con la boca cerrada». - Actúa, no reacciones
Cuando los niños actúan desafiantes, el instinto de reacción es humano. La expresión de la emoción también es humana. Respire hondo y corrija el comportamiento con calma. No refleje su nivel de ira. Mantenga la calma y establezca expectativas claras. Por ejemplo, no diga que sí a algo solo porque quiere que termine el comportamiento, mas bien, valide su emoción y siga adelante con su expectativa establecida. Recuerde que sus hijos son impresionables y que sus palabras importan. Necesitan saber que está bien expresar sus emociones con respeto. - Escoja sus batallas
Si su comportamiento es simplemente irritante pero no peligroso o ilegal, trate de ignorarlo. En el momento en que hagan algo positivo, complementarlos. A veces, los niños simplemente quieren una reacción, así que trate de reaccionar ante los comportamientos positivos en lugar de los negativos. - Concéntrese en dos o tres comportamientos únicamente
Los niños pueden sentirse abrumados o inadecuados si trata de corregir cada comportamiento preocupante. Un enfoque con objetivos obtendrá resultados mejores y más rápidos en comportamientos mejorados.
Sobrellevar el estrés
Si bien no se puede eliminar todo el estrés, puede evitar que el exceso de estrés afecte la vida de sus hijos al:
- Establecer y mantener rutinas
Con muchos cambios simultáneos, los niños necesitan poder contar con algo que va a ser igual la mayor parte del tiempo. Por eso, las rutinas son tan importantes. Si su familia no estaba orientada a la rutina antes, ahora es un buen momento para implementar rutinas diarias para brindar estructura y apoyo. Puede comenzar un nuevo hábito a la hora de acostarse o esforzarse por cenar juntos algunas noches a la semana para brindar consistencia en el hogar para sus hijos. - Encontrar momentos para hablar
Los niños tienden a tener dificultades para iniciar una conversación difícil o incómoda. Encuentre momentos para hablar con sus hijos cuando estén haciendo algo juntos. Esto podría incluir cuando esté preparando comidas. Invítelos a unirse a usted en la cocina. Encuentre tiempo para sentarse a la mesa para comer juntos. Si está conduciendo a algún lugar, también es un buen momento. Los niños tienden a compartir más cuando no tienen que mirarlo directamente o sentirse presionados para hablar sobre sus sentimientos o experiencias. - Fomentar el regreso a las actividades anteriores
Durante la pandemia, muchas actividades infantiles se retrasaron o cancelaron. Después de pasar mucho tiempo con poco contacto social, algunos niños sienten ansiedad por volver a las actividades que antes disfrutaban. Dependiendo de las recomendaciones de salud locales, anime a sus hijos a probar una actividad o deporte favorito nuevo o anterior nuevamente. Si sus hijos se resisten, establezca un cronograma para reevaluar sus sentimientos. Por ejemplo, pídales a sus hijos que prueben la actividad durante dos semanas antes de tomar una decisión final. Es bueno para ellos, y la mayoría descubrirá que lo disfrutan una vez que se pongan en marcha nuevamente. - Permitir opciones
Los niños tienen pocas opciones. Permítales tener algunas opciones cuando sea apropiado. Esto podría incluir qué comer para la cena, qué ver en la televisión, qué juego jugar, etc. - Encontrar el humor en la vida diaria
Una buena carcajada no solo levanta el ánimo, también activa y alivia la respuesta del cuerpo al estrés. Encuentre formas de reírse con sus hijos viendo comedias, leyendo historietas o chistes, jugando juegos y ayudándose mutuamente a encontrar el humor en la vida diaria. - Jugar en familia
Manténgase físicamente activo con sus hijos y encuentre maneras de jugar en familia. Pon música y baila en la cocina, da un paseo en bicicleta después de cenar o juega en familia. Estas actividades pueden reducir la forma en que el estrés le afecta a usted y a sus hijos. - Fomentar hábitos saludables de alimentación y sueño
Los niños cansados o hambrientos rara vez son felices. Asegúrese de que la dieta de sus hijos incluya una combinación de frutas y verduras, cereales integrales y proteínas magras para mantenerlos satisfechos y concentrados. La falta de sueño puede desencadenar una reacción exagerada o arrebatos emocionales, así que siga una rutina a la hora de acostarse para asegurarse de que sus hijos duerman lo suficiente cada noche. Fomente los buenos hábitos de sueño de apagar la televisión, apagar los teléfonos y guardar los aparatos electrónicos. Permita tiempo para la transición de la actividad del día a prepararse para acostarse. El cuerpo crea naturalmente melatonina, pero el cuerpo necesita saber que es de noche. Intenta atenuar las luces y haz que haga algo que no estimule su mente. Esto podría incluir leer un libro, escribir en un diario o hacer algo que no tenga luz. - Practicar juntos la respiración profunda
La respiración profunda es una excelente manera de reducir los niveles de estrés. Ayude a sus hijos a practicar respirando profundamente durante cinco segundos, sostenga durante dos segundos y suelte hasta contar cinco segundos. Si sus hijos se sienten ansiosos, pruebe este sencillo ejercicio para despegar la mente del entorno de preocupación . - Conseguir la ayuda de los maestros de los niños
Con los niños de vuelta en las aulas, aproveche la oportunidad para hablar con sus maestros. Pregunte cómo les va a sus hijos, si están haciendo amigos o si el maestro está notando algún problema entre sus hijos y otros estudiantes. A menudo, los niños no les cuentan a sus padres los problemas que tienen en la escuela, ya que pueden sentirse avergonzados. A veces, los padres se sorprenden al saber que sus hijos están siendo intimidados en la escuela. Los maestros y el personal de la escuela pueden ser sus ojos y oídos cuando sus hijos no están con usted. - Manejar su salud mental
Es difícil ser un padre eficaz si tiene problemas con su salud mental. Tome medidas para mantener a raya el agotamiento y el estrés en su vida.
Referencia bibliográfica:
- Mayo Clinic Health System